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La enfermedad carótida no es un factor de riesgo para el movimiento o la muerte en pacientes de TAVI
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Un nuevo estudio, publicado en la circulación: Las intervenciones cardiovasculares, muestran que un quinto de pacientes que experimentan la implantación de la válvula aórtica del transcatheter (TAVI) tiene pruebas de la enfermedad de la arteria carótida. También indica que mientras que la presencia de enfermedad carótida puede ser marcador de una carga cardiovascular más alta, no es un factor de riesgo para el movimiento o mortalidad después de TAVI.
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Los autores Kochar entornado (Duke Clinical Research Institute, Duke University de la Facultad de Medicina, Durham, los E.E.U.U.) y otros divulgan que el movimiento periprocedural del apoyo biológico del mecanismo en TAVI “incompleto está entendido”. Observan que el embolisation periprocedural de la ruina es un mecanismo potencial de movimiento en este contexto sino añadir eso los movimientos (en 30 días) todavía ocurren en los pacientes que experimentan TAVI con los dispositivos de protección cerebrales (tales como centinela, clarete médicos). “Estos hallazgos sugieren que o las tecnologías actuales no reduzcan suficientemente el riesgo de embolisation periprocedural de la ruina o hay otros mecanismos para el movimiento TAVI-asociado,” Kochar y otros escribir.
Según los autores, otro mecanismo potencial es la presencia de carótida enfermedad-dado que está asociado a un riesgo creciente de movimiento en los pacientes que experimentan el reemplazo quirúrgico de la válvula aórtica. Por lo tanto, el objetivo del actual estudio era evaluar la incidencia de la enfermedad carótida entre pacientes de TAVI, la relación entre la severidad de la enfermedad carótida y los resultados cardiovasculares, y la influencia de la enfermedad carótida en el día 30 y la mortalidad anual del movimiento.
Usando datos a partir de tres registros de los E.E.U.U., Kochar y otros identificaron a 29.143 pacientes que experimentaron TAVI entre octubre de 2013 y septiembre de 2015 (en los E.E.U.U.). De éstos, 6.410 tenían enfermedad carótida (el 22%). En la mayoría de los casos (50-79%), la enfermedad carótida estaba de severidad moderada.
Mirando resultados sin ajustar, la presencia de enfermedad carótida fue asociada a un riesgo perceptiblemente creciente de movimiento en 30 días y en un año. Semejantemente, la enfermedad carótida fue asociada a un riesgo perceptiblemente creciente de mortalidad en 30 días y en un año. Estos riesgos aumentaron con el aumento de severidad.
Sin embargo, en un análisis ajustado, la enfermedad carótida fue asociada no más a un riesgo perceptiblemente creciente con el movimiento o a mortalidad en 30 días. Ni había, después de ajuste para las características pacientes, perceptiblemente las diferencias en el riesgo de movimiento o la mortalidad en un año entre los pacientes con enfermedad carótida y ésos sin enfermedad carótida. El estado de los autores: “Incluso después la incorporación del grado de estenosis, había asociación ajustada no significativa entre la severidad de la enfermedad y el día carótida 30 o los riesgos anuales de movimiento o de mortalidad.”
Kochar y otros observan que, en base de sus hallazgos, la “enfermedad carótida es posiblemente marcador para los pacientes con una carga más alta de la mortalidad” pero no hacen sí mismo “resultado en un riesgo más alto del movimiento o de la mortalidad”. “Fomente el apoyo de esta noción que la enfermedad carótida es marcador para una carga grande del comorbidity es las tarifas de incidencia acumulativas anuales sin ajustar más altas para el infarto del miocardio y las tarifas de la sangría entre la enfermedad carótida comparada sin pacientes carótidas,” añaden.
Concluyen: “A pesar de las mejoras tecnológicas, movimiento del poste-TAVI todavía está una complicación importante; nuestros resultados sugieren que la enfermedad carótida no influencie este riesgo de movimiento.”