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Tratamientos para el cáncer: Los pacientes necesitan saber los riesgos cardíacos
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Investigaciones recientes sobre los riesgos para la salud a los que se enfrentan las personas que se someten a un tratamiento contra el cáncer advierten que hay una falta de conciencia sobre los riesgos que algunas de estas terapias pueden suponer para la salud del corazón.
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Investigadores de la Universidad Flinders en Adelaida, Australia, han encontrado que muchas personas que reciben quimioterapia o radioterapia para el cáncer arriesgan su salud cardiaca al recibir estos tratamientos.
Al mismo tiempo, la nueva investigación muestra que la mayoría de estas personas tienen un conocimiento limitado o nulo sobre los riesgos cardiovasculares porque sus médicos nunca se lo dicen.
Los autores presentaron recientemente sus hallazgos en EuroHeartCare 2019, un congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, que tuvo lugar a principios de mayo en Milán, Italia.
"Dependiendo del tipo de quimioterapia y radioterapia, entre el 1% y el 25%[de] los pacientes de cáncer pueden desarrollar insuficiencia cardíaca debido al tratamiento del cáncer", advierte el autor del estudio, el profesor Robyn Clark.
"El riesgo", añade, "también depende de factores de riesgo cardiovascular, como el tabaquismo y la obesidad. Un mejor monitoreo del corazón y la intervención antes, durante y después del tratamiento pueden prevenir o disminuir el impacto de esta cardiotoxicidad"
Pacientes con cáncer que no son conscientes de los riesgos
Los autores del estudio explican que las personas que experimentan problemas cardiacos luego del tratamiento del cáncer podrían no hacerlo de inmediato.
De hecho, según una investigación que investiga el riesgo de insuficiencia cardíaca en personas que se han sometido a un tratamiento contra el cáncer, la insuficiencia cardíaca relacionada con la terapia puede desarrollarse hasta 20 años después de que el tratamiento haya concluido.
En el estudio actual, los investigadores examinaron los registros médicos de 46 personas que habían recibido tratamiento contra el cáncer en uno de tres hospitales entre 1979 y 2015. Todas estas personas tenían cardiotoxicidad (daño al músculo cardíaco), y el equipo de investigación los seleccionó al azar.
Los investigadores encontraron que de estos 46 pacientes, sólo el 11% había recibido una derivación a un cardiólogo especializado antes de comenzar la quimioterapia, y los profesionales médicos sólo habían remitido al 48% de ellos a una clínica de insuficiencia cardíaca después de su tratamiento.
El Prof. Clark y sus colegas también notaron que entre los individuos cuyos registros estudiaron, cerca del 40% tenían sobrepeso u obesidad, el 41% habían fumado o seguían fumando, el 24% usaban alcohol regularmente, el 48% tenían presión arterial alta y el 26% vivían con diabetes.
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Los pacientes se pierden información crucial sobre el cuidado personal
Luego, los investigadores observaron la provisión de atención recibida por subgrupos de pacientes de cáncer durante dos períodos diferentes: 1994-2011 y 2012-2015. Seleccionaron estas fechas para poder ver el efecto de la publicación de la Guía de Práctica Clínica de la Sociedad Europea de Oncología Médica, que apareció por primera vez en 2012.
Cuando compararon la provisión de atención en los dos períodos, los investigadores encontraron que la tasa de atención cardiaca apropiada en realidad aumentó.
El porcentaje de personas que recibieron una derivación a un cardiólogo antes de comenzar la quimioterapia pasó de 0% a 23%, mientras que el porcentaje de pacientes que recibieron un ecocardiograma de referencia -una exploración que permite a los médicos evaluar la función cardíaca- aumentó de 57% a 77%.
Además, los investigadores entrevistaron a 11 pacientes de cáncer, de los cuales siete también pertenecían al grupo seleccionado al azar de 46 personas cuyos registros médicos los investigadores analizaron inicialmente.
Ninguno de estos individuos conocía sus necesidades de salud cardiaca, y aunque más de la mitad de los entrevistados reportaron haber desarrollado hábitos alimenticios más saludables después de su diagnóstico, ninguno de ellos tenía una comprensión sólida de lo que una dieta balanceada debería implicar.
Los médicos deberían emitir más referencias
Con base en todos estos hallazgos, los autores del estudio enfatizan la importancia de monitorear la salud del corazón en las personas que están a punto de someterse a un tratamiento contra el cáncer y de ajustar la atención para satisfacer las necesidades de cada persona.
"Monitorear el corazón durante todo el viaje del cáncer puede asegurar que esté protegido. La cardiotoxicidad puede ocurrir incluso en personas sin factores de riesgo cardiovasculares, ya que fármacos como las antraciclinas y el trastuzumab son tóxicos para el corazón, por lo que es una persona inocente"
Prof. Robyn Clark
El Prof. Clark y su equipo también señalan que los médicos deben informar explícitamente a los pacientes de cáncer sobre los riesgos que conllevan sus tratamientos recomendados para el cáncer y aconsejarles sobre las mejores maneras de minimizar los riesgos cardíacos, por ejemplo, trabajando para mejorar los factores relevantes del estilo de vida, como la actividad física y la dieta.
Sin embargo, si un paciente con cáncer desarrolla insuficiencia cardíaca, todavía puede acceder a terapias útiles siempre y cuando los médicos vigilen de cerca la afección, dice el profesor Clark.
Los investigadores explican que los profesionales de la salud pueden identificar la cardiotoxicidad ya sea usando ecocardiogramas o imágenes cardíacas o buscando biomarcadores específicos. Las personas que pueden desarrollar o que ya tienen insuficiencia cardíaca podrían recibir inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina o betabloqueadores como tratamiento.
Al mismo tiempo, las personas cuyos tratamientos contra el cáncer están dañando su salud cardíaca podrían beneficiarse de terapias modificadas contra el cáncer que minimicen este daño, si sus médicos vigilan de cerca cualquier desarrollo cardiovascular.
"Para los pacientes de cáncer que desarrollan insuficiencia cardíaca, hay clínicas que mejorarán su calidad de vida, pero nuestro estudio muestra que muchos no son remitidos", señala el profesor Clark.
"Las llamadas telefónicas para apoyar y monitorear a las personas con cáncer e insuficiencia cardíaca reducirían la carga de las citas en el hospital, lo cual, según los pacientes, era una prioridad", enfatiza.