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El 21 de junio, el World Trade Center de Dubai acogió la conferencia "Nuevas técnicas y tecnologías para el desarrollo y la fabricación de vacunas y medicamentos terapéuticos", en el marco de la Cumbre Árabe de la Salud.
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Uno de los panelistas, el Dr. Farshad Guirakhoo, Director Científico de COVAXX y Director Científico de la biotecnológica estadounidense Vaxxinity, abordó los requisitos necesarios para la próxima generación de vacunas que surjan contra las variantes del SARS-CoV-2 y, de forma más general, los diferentes métodos de fabricación de vacunas, que incluyen el uso establecido de virus inactivados (o vivos atenuados), vacunas de vectores virales y de subunidades. A ello se añaden las tecnologías emergentes de vacunas no virales, como las vacunas de partículas y nanopartículas virales, las vacunas de ADN/ARN y el uso de la bioinformática.
Un especialista en esta última, el profesor Graham Ball, de la Universidad de Nottingham Trent (Reino Unido), abordó el uso de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático para el descubrimiento de nuevas dianas farmacológicas en el cáncer de mama. Una "diana" farmacológica es una molécula del organismo, normalmente una proteína, que está intrínsecamente asociada a un proceso patológico concreto que podría ser abordado por un fármaco o una combinación de fármacos con efecto terapéutico. En este campo de investigación, los científicos trabajan en el desarrollo de modelos que predicen las mejores combinaciones de fármacos para eliminar selectivamente las células cancerosas.
De hecho, el desarrollo de vacunas -ya sea para la inmunización o para la terapia- está más relacionado con el de los fármacos de lo que cabría imaginar. El Dr. Guirakhoo explicó:
"En el caso de Vaxxinity, el trabajo que habría llevado cinco años se ha acelerado a 18 meses. Ya habíamos desarrollado una plataforma biotecnológica para el desarrollo de una vacuna contra el Alzheimer y el Parkinson, pero Covid-19 llegó como un desvío en nuestra misión de democratizar la atención sanitaria en todo el mundo con vacunas seguras y eficaces que puedan fabricarse a escala y distribuirse fácilmente en todo el mundo, especialmente en las naciones más necesitadas."
Actualmente, en ensayos de fase 2, la futura vacuna contra el coronavirus de Vaxxinity utiliza péptidos sintéticos que imitan algunas de las proteínas del nuevo coronavirus, incluida la proteína de la espiga. Esta técnica también se utiliza en las vacunas inmunoterapéuticas que, según la empresa, "entrenan al organismo para que produzca sus propios anticuerpos contra los objetivos internos de la enfermedad"
La ventaja de producir vacunas o fármacos a partir de productos químicos sintéticos en lugar de material biológico es el coste significativamente menor, un proceso de producción en masa más rápido y adaptable y una mayor comodidad, ya que los productos finales no necesitan, por ejemplo, mantenerse en congelación.