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Haciendo salud social: Amigos y familia como parte del equipo de la atención sanitaria
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“Pararemos por McDonald una vez que salgo del hospital,” Arturo dijimos a su hermano. Arturo (no su nombre real) era 21 años y acababa de ser diagnosticado con diabetes. Él y su hermano amaron los alimentos de preparación rápida, McDonald que era uno de sus refugios más frecuentes. Desafortunadamente, esta nueva diagnosis era probable cambiar eso.
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Éste era primer problema de la salud de Arturo, nunca. Él tenía algunos días de tener extremadamente sed pero de necesidad orinar cada hora o dos. Entonces, por alrededor de un día él no podría limitar cualquier cosa. Vomitando, su vientre que dolía, él entró en el ER con su hermano.
Lo admití a la Unidad de Cuidados Intensivos para una condición peligrosa llamada ketoacidosis. Sin la insulina, sus células no podían absorber la glucosa, llevando a una situación paradójica — sus células eran muertas de hambre para el azúcar a pesar de niveles de la glucosa en su sangre. Para compensar, sus células hacían el ácido, una condición peligrosa para la vida si estuvieron idas no tratado.
Ahora que él estaba en el hospital, los aspectos médicos del caso de Arturo estaban claros. Hay las instrucciones del libro de texto en qué tipo IV de líquidos él necesitó, cuantas veces comprobar su sangre, y cuánta insulina para darle con seguridad a la transición su sangre de ácido de nuevo a normal.
Pero el aspecto más desafiador de la diabetes es el cuidado que viene más adelante. Es duro para cualquier persona que nunca fue referida sobre su salud para supervisar lo que comen, para comprobar sus tiempos múltiples del azúcar de sangre al día, y para darse inyecciones de la insulina. Puede ser más duro para un de 21 años quién enlaza con su hermano saliendo a los restaurantes de comida rápida.
La importancia de la familia y de amigos como parte de su “equipo de la atención sanitaria”
Me recordaron Arturo cuando leí un artículo reciente en New England Journal de la medicina llamé “dirigir los incentivos sociales para la salud” por David Asch y Roy Rosin en el centro para la innovación de la atención sanitaria en la Universidad de Pensilvania.
En su artículo, Asch y la resina explican cómo puede ser que contratemos a pacientes como Arturo. En nuestro sistema sanitario, nuestras interacciones con los doctores o las enfermeras son generalmente infrecuentes y breves. No es ninguna sorpresa que la mayor parte de nuestras discusiones sobre salud ocurren con nuestros amigos y familia mientras que luchamos con nuestros problemas de salud en el día a día.
Somos raramente conscientes de él, pero de ésos más cercanos a nosotros pesadamente afectar a muchas de nuestras decisiones de la salud. A la “gente influencia fuertemente por lo que hacen otras y lo que piensan otros en ellos, así que significa que nuestro comportamiento puede cambiar o afectar a otros comportamiento cuando ha hecho visible,” Asch y la resina escribe. Pero estas interacciones sociales se pueden utilizar para ayudar a pacientes a tomar decisiones más sanas, un proceso que llaman el “compromiso social.”
Por supuesto, hay las cosas individuales que nos dan un pequeño codazo en opciones más sanas, como caminar a trabajar en vez de la conducción, o unirse a un gimnasio que sea camino de casa de trabajo bastante que 15 que el minuto se aleja.
Pero podemos también tomar nuestras decisiones sanas del deseo con certeza más visibles a ésas alrededor de nosotros. Siendo pública sobre ciertas actividades, la idea va, nos hace más enterados cuando estamos tomando decisiones malsanas y ayuda a otros para ser de apoyo de nuestras opciones sanas. Por ejemplo, algunos estudios muestran que diciendo la familia y a amigos la fecha que un fumador abandonará el fumar de ayudas para hacerlas enteradas y para apoyar la decisión.
Esto implica explícitamente el contratar de la familia y de amigos a nuestros esfuerzos sanos. Simplemente pedir amados nos llamen y recuerden tomar nuestras medicaciones, o pedir que el comprador del ultramarinos del hogar evite traer los dulces a casa de la tentación, puede ir un camino largo a empujarnos hacia opciones sanas.
Los compromisos y las competencias del grupo pueden aumentar la responsabilidad social para nuestras opciones sanas también. Teniendo una competencia de la familia de alcanzar algunos pasos por día, o confiándola para ir al gimnasio con un amigo tres veces por semana, ayudas meld comportamientos sanos en las actividades que fortalecen relaciones.
Las conexiones sociales hacia una mejor salud son importantes, pero no siempre fáciles
La situación de Arturo me recordó cómo, incluso con el compromiso social, la diabetes es un largo camino. Durante los dos días él estaba en el ICU, nuestras enfermeras y encargados del caso tenían varias discusiones con Arturo y su familia en cómo tratar la diabetes: evitando las comidas como el pan que eran altas en el almidón y los carbohidratos que aumentarían su azúcar de sangre. También charlé con su hermano sobre encontrar otras maneras que los dos podrían colgar hacia fuera bastante que sobre los alimentos de preparación rápida. Podría detectar su escepticismo: “Él tiene diabetes; No hago,” él me dijo.
Parecía lentamente amanecer en Arturo apenas cuántos cambios él tendrían que hacer a su vida. Su hermano era de apoyo, ofreciendo ayudar a comprobar su azúcar de sangre. Pero el recorte de los alimentos de preparación rápida era, por ahora, un paso demasiado lejos. En su ayer por la noche en el hospital, oí por casualidad Arturo y a su hermano que hablaban de qué McDonald conseguirían las hamburguesas ellas camino de casa.