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El estudiante del MED y la máquina
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Después de leer el poste del alcance de otro estudiante, comencé a notar que cuantas veces los estudiantes de medicina refieren a uno otro como “máquinas.” Hacemos tan en un tono crítico que termine con el chirrido más pequeño de los celos. “Él es una máquina total” es un insulto y una declaración de la admiración. Es también una pregunta: ¿Cómo él lo hace todo?
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Nadie quiere ser una máquina completa, especialmente no en una profesión que los centros alrededor de tacto humano. Pero cocida en esa frase hecha es la idea que un estudiante es productivo y eficiente, y quizá incluso capaces de superar algunas necesidades humanas básicas. Las máquinas no cansan. No comen. No sienten definitivamente.
Las máquinas apenas se realizan.
Como conseguir de segundo año listo para tomar las rotaciones del examen y del comienzo del primer paso, estoy subiendo encima de la pared gigante que separa el preclínico a partir de años clínicos, y yo estoy intentando imaginarse qué clases de máquinas vagan por alrededor en el otro lado.
En el frente preclínico, he visto a estudiantes — mismo incluyó — quién, por término medio, tienen los grados más altos de empatía, pero al mismo tiempo, puede trabajarse en a máquina-como trance. Pasamos horas y horas cada día a menudo solamente en nuestros escritorios, moviendo de un tirón a través de flashcards y de los bancos de la pregunta, memorizando hechos médicos en gran parte en ausencia de experiencia médica.
Durante el un día a la semana que nos los segundo-años fijan floja en el hospital, ver a apenas un paciente por cada uno, me encuentro tan desesperado para doblar mi humanidad que a menudo olvide que tengo que realizar habilidades de diagnóstico también. Pasaré una hora que escucha la historia de un paciente y saldré para realizar que descuidé probar sus reflejos. Entonces, como si se castigue para este lapso humanoid, vuelva a la biblioteca e intente funcionar un poco más bién un robot estudioso, sintetizando la información como mí puedo tan eficientemente.
En el lado clínico, me imagino que lucharé con un tipo diferente de máquina, una máquina que actúe no en un silo de su propio aprendizaje, pero en emitir un sonido breve y agudo, apresurando el hospital, donde está mucho más visible la presión para realizarse. Me represento en ese espacio, queriendo ser un ser humano a los ojos de pacientes, y quizás queriendo ser un pedazo de una máquina — exacto e incansable — a los ojos de residentes y attendings.
Pero me recordaron la semana pasada lo que siente similar para actuar como máquina total, cuando no es una opción, pero bastante, un reflejo.
Mientras que iba a dormir tarde el lunes por la noche, conseguí un texto de mi mamá: Mi abuela había muerto. Llamé a casa en rasgones, y entonces lanzado y dado vuelta para el resto de la noche. La mañana siguiente, desperté con un dolor de cabeza de palpitación, pero me lavé la cara e hice mi manera al campus. Allí, miré conferencias de la farmacología en doble-velocidad, enseñé a la inmunología a mis pares del primer año, y entré en el hospital por una tarde de la práctica clínica. Conseguí el hogar, estudiado más, fui a ver a algunos amigos, y no dije cualquier persona que acababa de perder alguien que amé.
Las máquinas no sienten y, por unos días, ningunas hicieron I. No tenía el tiempo o el espacio para procesar tan me retiré en un modo del trabajo que entumecía.
Conseguí con cada día de la semana — una falta de definición de los paseos lluviosos de la bici, de los calcetines húmedos, de las reuniones, de los laboratorios, y de una conferencia horrible-sincronizada en la condición neurológica que, a lo largo de semanas de un par, tardó la vida de mi abuela. Estudié y estudié — separando los hechos clínicos de la persona afectada por ellos — y solamente cuando hice él a viernes finalmente di vuelta apagado al interruptor y al hundimiento.
Aquí soy ahora, completamente humano otra vez, sintiendo pérdida contra un contexto de preocupaciones sobre la fabricación de mi manera encima y sobre de la Gran Muralla. Siento triste y subrayado, y yo están compartiendo esto para procesar y para recordarse: Soy una máquina terrible.
Como me preparo para comenzar mi período dedicado del estudio — meses donde estoy solamente responsable de la preparar para un solo examen — y entonces ruede en los clerkships adonde mis responsabilidades desplazarán a los componentes de la atención a los pacientes, yo quieren trabajar difícilmente y seguir siendo resistente. Pero me no hacen del acero y de los alambres. Soy tan muy humano: errores agotables, propensos, y llenado de emociones. Para mí, la actuación como una máquina es más de un síntoma que un estado ideal.
Así pues, la próxima vez que miro a un compañero de clase, un amigo, y en lugar de otro vea una máquina, yo luchará el impulso para mirar encendido con un grado de envidia. No pediré: ¿Cómo ella la hace toda? En lugar, me detendré brevemente y pediré: ¿El estudiante del MED detrás de esta máquina está haciendo bien?