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Autismo y el microbioma intestinal: Más pruebas refuerzan la relación
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Las bacterias intestinales pueden contribuir directamente al desarrollo de conductas similares al autismo, según los resultados de un nuevo estudio en ratones.
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En su estudio, que aparece en la revista Cell, los investigadores del California Institute of Technology (Caltech) de Pasadena se basaron en el trabajo de estudios anteriores que identificaron diferencias en los microbiomas de las personas con y sin trastorno del espectro autista (TEA).
El microbioma es el nombre de los genomas colectivos pertenecientes a las comunidades de microorganismos que habitan en el intestino humano.
"En años recientes, numerosos estudios han revelado diferencias en la composición bacteriana del microbioma intestinal entre individuos con TEA y personas neurotípicas", dice el autor Sarkis Mazmanian.
"Sin embargo, aunque esta investigación previa identifica asociaciones potencialmente importantes, no puede resolver si los cambios microbianos observados son una consecuencia de tener TEA o si contribuyen a los síntomas"
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informan que aproximadamente uno de cada 59 niños en los Estados Unidos ha recibido un diagnóstico de TEA, que es cuatro veces más común en los niños que en las niñas y ocurre en todos los grupos socioeconómicos, étnicos y raciales.
Las personas autistas son propensas al comportamiento repetitivo y a veces pueden tener dificultades para comunicarse. Los científicos no saben exactamente qué causa el TEA, pero creen que tanto los factores genéticos como los ambientales juegan un papel.
Comportamiento del'autismo' en ratones microbianos con TEA
En su estudio, los investigadores de Caltech utilizaron ratones de laboratorio que habían criado para carecer de un microbioma. Transplantaron bacterias de las vísceras de los niños con TEA a un grupo de estos ratones "libres de gérmenes".
Para crear un grupo de control, el equipo trasplantó bacterias intestinales de personas sin autismo a otro grupo de ratones libres de gérmenes.
Entonces, ¿qué pasó? El equipo de Caltech encontró que los ratones con microorganismos trasplantados de niños con TEA comenzaron a exhibir comportamientos similares a los que son característicos del autismo en humanos.
Los cerebros de los ratones que recibieron microbiota de niños autistas también exhibieron alteraciones en la expresión génica, y los investigadores notaron cambios en los niveles de moléculas llamadas metabolitos. En particular, los metabolitos ácido 5-aminovalérico (5AV) y taurina estaban presentes a niveles más bajos en los cerebros de los ratones con la microbiota ASD.
Los investigadores pensaron que esto podría ser significativo porque estos metabolitos afectan a los receptores de ácido gamma-aminobutírico (GABA) en el cerebro, que ayudan a regular la comunicación entre las células cerebrales. Una característica de ASD es un desequilibrio en la relación entre excitación e inhibición en esta comunicación neuronal.
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5AV y taurina pueden afectar los comportamientos de ASD
El equipo de Caltech no se detuvo allí. Luego, estudiaron un tipo de ratones de laboratorio llamados ratones BTBR, que se presentan naturalmente con comportamientos similares a los de los TEA. El equipo estaba interesado en saber qué pasaría si los niveles de 5AV y taurina en estos ratones se elevaban. Por ejemplo, ¿habría un cambio en estos comportamientos similares a los de los TEA?
El estudio encontró que tratar a los ratones con 5AV o taurina llevó a una disminución notable en los comportamientos característicos similares a los de los ratones BTBR. Y, cuando los investigadores examinaron la actividad cerebral en estos ratones, encontraron una fuerte relación entre los aumentos en los niveles de 5AV y la disminución de la excitabilidad en el cerebro.
Mazmanian advierte que aunque este estudio identificó formas de manipular los comportamientos de tipo ASD en ratones, no es necesariamente posible generalizar los resultados a los humanos. Agrega:
"Sin embargo, esta investigación proporciona pistas sobre el papel que la microbiota intestinal juega en los cambios neuronales asociados con el TEA."
"Sugiere que los síntomas de la CIA pueden, algún día, ser remediados con metabolitos bacterianos o un medicamento probiótico. Además, abre la posibilidad de que la CIA [...] pueda ser tratada con terapias que se dirigen al intestino en vez de al cerebro, un enfoque aparentemente más fácil de tratar"
Sarkis Mazmanian
Recientemente, Medical News Today informó sobre otro estudio que investigó la relación entre el microbioma intestinal y el autismo.
En este estudio, los niños con autismo recibieron un nuevo tipo de terapia llamada terapia de transferencia de microbiota (MTT), que consiste en congelar la materia fecal de las personas neurotípicas y administrarla por vía oral o rectal a la persona que recibe el tratamiento.
Los resultados mostraron una mejora del 45% en las mediciones del lenguaje, la interacción social y el comportamiento. Sin embargo, al informar sobre este estudio, cuestionamos hasta qué punto es apropiado considerar los aspectos conductuales de la TEA como síntomas de una condición clínica en lugar de una característica natural de la neurodiversidad.