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#Novedades de la industria
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El cerebro se desangra
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Una nueva herramienta óptica ilumina los vasos sanguíneos ocultos, ayudando a los cirujanos a reducir los riesgos de la neurocirugía.
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La complejidad de la neurocirugía se ha utilizado durante mucho tiempo como una expresión divertida para resaltar los esfuerzos más simples: "Bueno, no es exactamente una cirugía cerebral, ¿no?" Pero realmente no es cosa de risa. Un simple deslizamiento de una aguja puede tener consecuencias catastróficas para los pacientes.
Hoy en día, las resonancias magnéticas se utilizan para identificar los principales vasos sanguíneos antes de la operación pero, durante la cirugía, el riesgo se deja en manos expertas del neurocirujano. La ruptura de incluso los vasos sanguíneos pequeños puede ser extremadamente dañina: el 2 por ciento de los pacientes de cirugía cerebral quedan discapacitados como resultado de hemorragias causadas por las agujas. Uno por ciento morirá. (1)
Los ingenieros médicos han estado desconcertados sobre cómo abordar el problema. "Rápidamente se hizo evidente que una aguja que podía ver hacia dónde iba tenía un enorme potencial en un área tan delicada como el cerebro", dice el profesor Robert McLaughlin de la Universidad de Adelaida, Australia. Es uno de los principales autores del artículo Science Advances (2), que describe una nueva aguja de imágenes capaz de detectar vasos de tan sólo una décima de milímetro de diámetro. "Nuestra aguja de imágenes ofrece una visión detallada de lo que está inmediatamente adyacente a la punta de la aguja", explica McLaughlin. "Proporciona al neurocirujano una vista en tiempo real de las naves en riesgo." La configuración es simple. Se fabrica una fibra óptica delgada con una lente diminuta en el extremo de la aguja, lo que permite al cirujano iluminar el tejido cerebral. La dispersión de luz resultante es detectada por una cámara. Usando la tomografía de coherencia óptica (OCT), el equipo fue capaz de desarrollar un algoritmo de procesamiento de imágenes que podía detectar automáticamente los vasos sanguíneos. "La sangre que fluye tiene una apariencia característica en estas imágenes", explica McLaughlin. "Cuando la aguja está al lado de un vaso sanguíneo, la computadora la resalta, permitiendo al cirujano verla en tiempo real."
Para validar la herramienta, el equipo probó la aguja en 11 pacientes sometidos a cirugía cerebral. El primer paso fue escanear la superficie del cerebro de los pacientes sometidos a craneotomías para comprobar si la aguja podía detectar los vasos de la superficie visible. Luego, para tres pacientes, los investigadores fueron un paso más allá al perforar un agujero en el cráneo del paciente. Al insertar la aguja en este orificio, intentaron detectar dónde se localizaban los vasos sanguíneos y compararon esto con las imágenes por resonancia magnética.
Los resultados son prometedores, por lo que McLaughlin quiere llevar el proyecto más lejos, primero con ensayos más grandes en neurocirugía, pero también más allá: "Ahora estamos desarrollando la próxima generación de agujas de imagenología que también pueden detectar tejido canceroso."
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