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Osteoporosis: ¿Impacta la mala vida social en la salud de los huesos?

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Una nueva investigación sobre una gran cohorte de mujeres de 50 años o más ha encontrado un sorprendente vínculo entre las relaciones sociales de mala calidad y la presencia de pérdida ósea. Este hallazgo enfatiza aún más la importancia de las relaciones, no sólo para el bienestar mental y emocional, sino también para la salud física.

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Más de 53 millones de personas en los Estados Unidos tienen un mayor riesgo de fractura ósea relacionada con la osteoporosis, según los Institutos Nacionales de Salud (NIH).

La osteoporosis es más probable que afecte a las personas mayores, particularmente a las mujeres que ya han pasado por la menopausia. Los estudios muestran que las mujeres son hasta cuatro veces más propensas que los hombres a experimentar pérdida ósea.

Es por ello que los especialistas se han interesado especialmente en identificar todos los factores de riesgo modificables para la pérdida ósea en las mujeres.

Una nueva investigación de la Universidad de Arizona en Tucson - en colaboración con otras instituciones - ha identificado lo que podría parecer una conexión sorprendente entre los lazos sociales de una persona y la cantidad de pérdida ósea que experimenta.

El nuevo estudio, cuyos hallazgos aparecen en la revista Journal of Epidemiology & Community Health, una publicación de BMJ, sugiere que lo que podría marcar una diferencia en la salud ósea de una persona es la calidad, aunque no la cantidad, de sus relaciones sociales.

Este factor es parte de una medición del "estrés psicosocial", que es una forma de estrés que algunas personas experimentan como resultado de eventos significativos de la vida o que tienen niveles más bajos de optimismo, satisfacción en la vida o educación.

"El estrés psicosocial puede aumentar el riesgo de fractura a través de la degradación de la densidad mineral ósea", escriben los investigadores en su trabajo de estudio. "Altera la estructura ósea y estimula la remodelación ósea a través de la desregulación de la secreción hormonal, incluyendo el cortisol, las hormonas tiroideas, la hormona del crecimiento y los glucocorticoides", explican.

Sin embargo, también observan que la asociación potencial entre el estrés psicosocial y la pérdida ósea ha sido objeto de muy pocos estudios, cuyos "resultados han sido mixtos"

Peores lazos sociales, mayor pérdida ósea

En la investigación actual, la primera autora Shawna Follis y sus colegas han analizado los datos de salud y estilo de vida de 11,020 mujeres entre 50 y 70 años que se habían inscrito en la Women's Health Initiative (WHI). El WIH es un estudio a largo plazo que tiene como objetivo identificar estrategias preventivas para afecciones, incluyendo enfermedades cardíacas, cáncer de mama y osteoporosis en mujeres.

Estas participantes formaron parte de una cohorte involucrada en un subestudio de WHI que examinó los datos relacionados con la densidad ósea. Los investigadores recolectaron los datos en la línea de base, en el momento de la inscripción y una vez más después de 6 años.

En la línea de base, los participantes también llenaron un cuestionario preguntándoles sobre los niveles de estrés psicosocial, específicamente en relación con tres factores:

la tensión social, que se refiere a la mala calidad de las relaciones sociales

apoyo social, refiriéndose a relaciones sociales de buena calidad

el funcionamiento social, que mide los niveles de actividad social

Los investigadores dieron seguimiento a los participantes durante 6 años y encontraron que los altos niveles de estrés psicosocial tenían vínculos con una menor densidad ósea. Esta asociación persistió incluso después de que el equipo ajustara los factores de confusión, como la edad, los niveles de educación, el índice de masa corporal (IMC), el estado de tabaquismo y el consumo de alcohol, entre otros.

Al mismo tiempo, algunos factores estresantes tenían más peso que otros cuando se trataba de la asociación con la pérdida ósea. "Identificamos factores de estrés psicosocial específicos relacionados con el entorno social que estaban asociados con la pérdida ósea", escriben los autores del estudio.

Los investigadores relacionaron la mayor tensión social con una mayor pérdida de densidad mineral ósea en las caderas, en general, así como en la columna lumbar (parte baja de la espalda), y específicamente en el cuello femoral (que forma parte del hueso de la cadera).

Además, el estrés derivado de los niveles de funcionamiento social se asoció con una mayor pérdida ósea en la cadera, en general, y en el cuello femoral, en particular.

Pero el factor más importante parecía ser la tensión social, que los investigadores midieron en una escala de uno a cinco con una puntuación total posible de 20 puntos, en la que las puntuaciones más altas indicaban una mayor tensión social.

El equipo encontró que por cada punto adicional en esta escala, la cantidad de pérdida ósea aumentaba. Más específicamente, por cada punto adicional, hubo una pérdida 0,082% mayor de la densidad ósea del cuello femoral, una pérdida 0,108% mayor de la densidad ósea total de la cadera y una pérdida 0,069% mayor de la densidad ósea de la columna lumbar.

Follis y sus colegas advierten que sus hallazgos son sólo observaciones y que las asociaciones no necesariamente hablan de una relación de causa y efecto. Sin embargo, los autores del estudio argumentan la importancia de no ignorar la relación entre la calidad de las relaciones sociales y la presencia de pérdida ósea.

Por esta razón, sugieren que las mujeres mayores podrían beneficiarse de tener acceso a mejores redes de apoyo social:

"Los resultados apoyan las intervenciones de estrés social en mujeres posmenopáusicas para limitar potencialmente la pérdida ósea"