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#Novedades de la industria
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Estableciendo una conexión en Atrium Health Levine Children's Hospital
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Los pacientes jóvenes que se someten al tratamiento con metaiodobenzilguanidina (MIBG) para el neuroblastoma, un cáncer raro y mortal que afecta a unos 750 niños al año, se enfrentan a largos períodos de aislamiento ya que el tratamiento hace que los fluidos corporales de los pacientes sean radiactivos, lo que significa que los cuidadores y los padres pueden pasar sólo cinco minutos al día en su habitación. Además, el tratamiento requiere cuartos especializados que necesitan ser revestidos con una pulgada de blindaje de ladrillo de plomo alrededor de las cuatro paredes y a nivel del piso.
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Debido a que no todas las instalaciones tienen el presupuesto o el espacio para acomodar el diseño especializado, muchas familias se ven obligadas a viajar fuera de casa para encontrar un centro de tratamiento, una realidad que enfrenta la familia Santos cuando su hija Isabella fue diagnosticada con la enfermedad a la edad de 2 años. Ella sufrió cinco recaídas con la enfermedad antes de morir a la edad de 7 años en 2012. Tras su muerte, la familia creó la Fundación Isabella Santos y donó $1 millón al Atrium Health Levine Children's Hospital en Charlotte, Carolina del Norte, para construir la primera sala de terapia MIGB de la ciudad.
Trabajando con Little (Charlotte), el hospital decidió convertir dos habitaciones de pacientes en la unidad de oncología pediátrica del piso 11 en una habitación MIBG de 244 pies cuadrados y una habitación para padres de 250 pies cuadrados. Un almacén cercano fue convertido en el Hot Lab, donde se prepara el tratamiento. "La proximidad al laboratorio caliente reduce el tiempo de viaje del paciente y el riesgo de exposición a la radiación de otros", dice Roger Wilkerson, líder de la práctica de salud en Little.
Para abordar el aislamiento del tratamiento, así como la necesidad de proporcionar un monitoreo constante del paciente, se agregó una ventana y una puerta de plomo entre las habitaciones para conectar visible y físicamente los dos espacios, con todo el acceso a la habitación del paciente a través de la habitación de los padres. "Permite a los padres ver al niño cuando no pueden estar físicamente en la habitación", dice Wilkerson. Además, las habitaciones están conectadas por un sistema AV, que permite a los cuidadores ver, hablar y jugar con el niño.