Esta es una traducción automática. Para ver el texto original en inglés
haga clic aquí
#Tendencias de productos
{{{sourceTextContent.title}}}
Los bioingenieros de Stanford innovan en múltiples soluciones para abordar COVID-19
{{{sourceTextContent.subTitle}}}
La pandemia actual está revelando el nivel de compromiso necesario de múltiples sectores para ofrecer soluciones innovadoras que permitan hacer frente a la grave escasez de equipo de protección personal, ventiladores y materias primas.
{{{sourceTextContent.description}}}
Los investigadores del laboratorio Prakash de la Universidad de Stanford no son ajenos a asumir retos extremos, y han mantenido su reputación al proponer varias soluciones durante la crisis de COVID-19.
El equipo ya es conocido por su ciencia frugal, habiendo desarrollado varias soluciones de salud de bajo costo, incluyendo una centrifugadora de 50 centavos, un microscopio de origami llamado foldscope y un dispositivo de detección de cáncer oral basado en un teléfono inteligente.
Una de sus principales soluciones que ha cobrado mucha fuerza durante la crisis actual es el Pneumask, una máscara reutilizable de esnórquel de cara completa que evita la transmisión de patógenos. El kit de la máscara contiene una máscara de esnórquel de venta en tiendas, un adaptador personalizado (con impresión en 3D) y un cartucho de filtro/filtro. Un filtro viral que se usa típicamente en los procedimientos de anestesia se conecta al puerto de ventilación, que tiene un canal de inhalación y dos canales de exhalación, proporcionando una protección sustancial y completa para el rostro.
Ya se han desplegado 2.600 unidades de Pneumasks y el equipo planea enviar 50.000 unidades en la próxima semana.
Una de las razones por las que los hospitales se quedan sin equipo de protección personal (PPE) es porque cada vez que un trabajador sanitario entra en la habitación de un paciente, incluso para hacer pequeños ajustes en sus ventiladores, necesita ponerse un nuevo PPE y desecharlo al salir. Para minimizar tales escenarios, el equipo está en proceso de desarrollar un control remoto universal que puede ajustar la configuración de los ventiladores mecánicos y las bombas intravenosas desde fuera de la habitación del paciente.
Para hacer frente a la cuestión de la escasez de ventiladores, el equipo, en colaboración con investigadores de la Universidad de Utah, ha diseñado y desarrollado un prototipo de código abierto para fabricar ventiladores a partir de piezas fácilmente disponibles, aprovechando las cadenas de suministro no tradicionales, como la industria del automóvil.
Otros proyectos del laboratorio incluyen directrices detalladas para descontaminar las máscaras N95, un protocolo de prueba de filtración para las máscaras faciales y una máquina inspirada en el algodón de azúcar para fabricar material de malla porosa de nanofibras que se utiliza en la fabricación de los filtros de las máscaras N95.
La naturaleza de código abierto de los proyectos atrae a otros para mejorar los diseños - el objetivo final del equipo es desplegar las mejores versiones posibles de estas tecnologías lo más rápido posible, un objetivo que desean alcanzar mediante pruebas y validaciones rigurosas.