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Los robots miden las constantes vitales para minimizar las interacciones con los pacientes de COVID
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Investigadores de la Universidad Simon Fraser de Canadá han desarrollado tres robots diferentes que pueden detectar y medir los parámetros sanitarios de los pacientes, como los electrocardiogramas, los niveles de oxígeno, la frecuencia respiratoria y la temperatura.
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Uno de los robots, compuesto por un brazo robótico, contiene electrodos en las puntas de los dedos y puede tomar medidas cuando entra en contacto con un paciente. Otro, una plantilla inteligente, puede monitorizar la marcha del paciente cuando la lleva en un zapato. El tercero, un robot humanoide, puede hacer un seguimiento de los niveles de oxígeno, lo que puede ser útil en el tratamiento de pacientes con COVID-19.
Los investigadores esperan que futuras iteraciones de sus tecnologías puedan conducir al desarrollo de un asistente sanitario unificado que pueda ayudar a los médicos obteniendo de forma autónoma información vital de los pacientes. En la era del COVID-19, minimizar el contacto estrecho entre pacientes y médicos podría ayudar a reducir la transmisión.
"La reciente pandemia demuestra la necesidad de minimizar la interacción entre el personal sanitario y los pacientes", afirma Woo Soo Kim, investigador que participa en el estudio, en un comunicado de prensa de Simon Fraser. "Existe la oportunidad de que los robots sensores midan la información sanitaria esencial en nombre de los profesionales sanitarios en el futuro"
Los dispositivos se crearon con estructuras de origami impresas en 3D y, hasta ahora, han sido capaces de determinar una amplia gama de datos fisiológicos básicos en voluntarios. En la actualidad, los robots son en gran medida pasivos en su forma de obtener información, pero los investigadores han dicho que podría ser posible utilizar la inteligencia artificial para permitir que los dispositivos interactúen con los pacientes, y tal vez incluso tomen decisiones como la prescripción de medicamentos.
Estos dispositivos podrían convertirse en algo habitual en el futuro para los controles médicos rutinarios o el seguimiento de la salud.