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Japón amplía la alerta por el virus en el área de Tokio mientras se extiende la oleada
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Japón decidió elevar el viernes el nivel de alerta por coronavirus en las tres prefecturas vecinas de la capital y en una cuarta zona del centro del país, para permitir el endurecimiento de las medidas a medida que se propaga una variante del coronavirus más contagiosa, lo que aumenta las dudas sobre si los Juegos Olímpicos de Tokio pueden seguir adelante.
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El gobierno aprobó el estado de alerta para las prefecturas de Kanagawa, Saitama y Chiba, en la región de la capital, y Aichi, en el centro de Japón. La medida permitirá a los jefes de las prefecturas ordenar la reducción de los horarios de bares y restaurantes, junto con castigos para los infractores y compensaciones para los que cumplan.
Las medidas comenzarán el lunes y continuarán hasta el 11 de mayo, tras el fin de las vacaciones de la "semana dorada" de Japón.
"Debemos evitar que las infecciones se extiendan más y causen un gran resurgimiento en todo el país", dijo el Secretario Jefe del Gabinete, Katsunobu Kato, pidiendo a la gente que evite viajar durante las vacaciones.
La medida se produce sólo cuatro días después de que Tokio fuera puesta en alerta en medio de un aumento de nuevas infecciones. Muchos de los casos se han relacionado con lugares de ocio nocturno y restaurantes, pero recientemente se han extendido a oficinas, centros de atención a personas mayores y escuelas. Los expertos han advertido que la variante del virus que se está propagando ahora es más contagiosa y podría causar también casos graves entre los más jóvenes.
El aumento ha provocado también la preocupación de muchos japoneses por la celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio, previstos del 23 de julio al 8 de agosto. El jueves, un legislador de alto nivel dijo que existía la posibilidad de que se cancelaran los Juegos.
Japón sumó el jueves 4.576 casos para un total de 520.745 desde que comenzó la pandemia, con 9.538 muertes, según el Ministerio de Sanidad. Mientras tanto, la lenta campaña de vacunación de Japón ha cubierto a menos del 1% de la población desde que comenzó a mediados de febrero.
El gobierno del primer ministro Yoshihide Suga ha sido criticado por su lentitud en la aplicación de las medidas antivirus por su reticencia a dañar aún más la economía.
Las nuevas medidas cubren las zonas afectadas por los rápidos picos alimentados por una nueva variante del virus detectada por primera vez en el Reino Unido. La alerta viene acompañada de órdenes vinculantes, pero sólo para que los bares y restaurantes cierren a las 8 de la tarde, mientras que las medidas para los residentes son sólo peticiones, lo que lleva a algunos expertos a dudar de su eficacia.
La gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, ha instado a todo el mundo, excepto a los trabajadores esenciales, a dejar de desplazarse entre Tokio y sus prefecturas vecinas. Dijo que los funcionarios han comenzado a inspeccionar los restaurantes para garantizar que se sigan las medidas de seguridad.
Los expertos temen que mucha gente se esté cansando de la vida restrictiva y se haya vuelto menos cooperativa con las peticiones oficiales, especialmente después de los repetidos informes sobre legisladores y burócratas que los desafían. A finales de marzo, un grupo de 23 funcionarios del Ministerio de Sanidad cenó en un restaurante hasta medianoche, lo que provocó la indignación de la población.
El Dr. Satoshi Kamayachi, miembro del grupo de trabajo sobre virus del gobierno, subrayó la necesidad de evitar que el sistema sanitario se colapsara e instó a los funcionarios a considerar el cambio al estado de emergencia.
El estado de emergencia permitiría a los dirigentes de la prefectura dictar una serie de medidas más amplias, como la orden de cierre de los negocios no esenciales.