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Investigadores de la Universidad de California en San Diego han desarrollado un sensor de sudor que mide los niveles de glucosa en la piel y convierte esas lecturas en estimaciones precisas de azúcar en sangre. Como los niveles de glucosa en el sudor pueden variar de una persona a otra, el sensor incorpora algoritmos que personalizan la medición para cada usuario, lo que requiere una calibración por punción del dedo una o dos veces al mes.
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La necesidad de pincharse el dedo con regularidad es un obstáculo para que muchos pacientes con diabetes se midan regularmente sus niveles de glucosa, ya que el procedimiento es doloroso, incómodo y para muchos pacientes tiene que hacerse muchas veces cada día. Un mal control de los niveles de glucosa conduce a una serie de graves problemas de salud a largo plazo, por lo que garantizar que los pacientes puedan medir y ajustar sus niveles de glucosa con frecuencia es crucial para la salud de esta población de pacientes.
Este problema ha inspirado nuevas formas de tecnología de análisis que son mínimamente invasivas y evitan o reducen el número de pinchazos en los dedos. Uno de estos métodos prometedores es el análisis del sudor. Como el sudor se libera en pequeñas cantidades de forma casi continua en condiciones normales y contiene concentraciones de glucosa que reflejan los niveles de glucosa en sangre, representa un método de análisis prometedor.
Aunque los niveles de glucosa en el sudor se correlacionan vagamente con los niveles de glucosa en la sangre, hay niveles significativos de variabilidad de persona a persona. Los niveles de glucosa en el sudor tienden a ser mucho más bajos que los de la sangre, y los índices de sudoración también pueden afectar a las mediciones.
Por lo tanto, un enfoque de "talla única" para las pruebas de glucosa en el sudor no es tan preciso como podría ser. Para solucionar esto, estos investigadores han desarrollado un dispositivo que puede proporcionar una medición personalizada para cada paciente. El usuario sólo tiene que colocar el dedo en el sensor durante un minuto para recoger suficiente sudor para la prueba.
El sensor consiste en un hidrogel de alcohol polivinílico que absorbe el sudor. El gel se coloca sobre un sensor electroquímico, que detecta y mide la cantidad de glucosa presente mediante una reacción enzimática que crea una carga eléctrica. Los datos recogidos se interpretan mediante un algoritmo que corrige la lectura de cada usuario basándose en una calibración mensual por pinchazo en el dedo.
Hasta ahora, el dispositivo se ha probado en un pequeño número de voluntarios y ha podido predecir con exactitud los niveles de glucosa en sangre antes y después de una comida con una precisión superior al 95%.