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¿Cuál es la diferencia entre una alergia alimentaria y una intolerancia alimentaria?

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Mucha gente confunde las alergias y las intolerancias alimentarias, pero son dos cosas diferentes. Entender la diferencia es importante si experimentas síntomas similares a los de la alergia después de comer ciertos alimentos.

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¿Qué es una alergia alimentaria?

Una alergia alimentaria se produce cuando el sistema inmunitario reacciona de forma exagerada a ciertas proteínas de los alimentos. Cuando se consumen alimentos a los que se es alérgico, se desencadenan células inmunitarias en el torrente sanguíneo que liberan sustancias químicas, como la histamina, que provocan síntomas de alergia como

Urticaria

Erupción cutánea

Picor en los labios, la boca, la lengua, la garganta y la cara

Enrojecimiento o hinchazón de los labios, la boca, la lengua, la garganta y la cara

Hinchazón de la piel alrededor de los ojos

En el caso de las alergias alimentarias, el sistema inmunitario confunde las proteínas de determinados alimentos con las nocivas, lo que desencadena una respuesta inmunitaria. Las alergias alimentarias pueden ser leves o potencialmente mortales. La más grave es la llamada reacción anafiláctica, que provoca síntomas como:

Mareo o desmayo

Náuseas, vómitos, dolor de estómago

Dificultad para respirar u opresión en el pecho

Sensación de que se cierra la garganta

Hinchazón de la boca, los labios o la lengua

Enrojecimiento de la piel

Pulso acelerado

Presión arterial baja

Pérdida total de conocimiento

Una característica distintiva de las alergias alimentarias es que los síntomas comienzan casi inmediatamente, o en cuestión de minutos, después de comer un alimento al que se es alérgico.

Aunque es posible ser alérgico a cualquier alimento, la mayoría de las alergias alimentarias se deben a los siguientes alimentos

Marisco

Cacahuetes

Huevos

Trigo

Alimentos de soja

Nueces de árbol

Sésamo

Pescado

Leche

Aunque se pueden desarrollar alergias en cualquier momento de la vida, lo más habitual es que aparezcan durante la infancia. Sin embargo, según foodallergy.org, el 40% de las personas que desarrollan una alergia alimentaria al pescado experimentan sus primeros síntomas en la edad adulta.

Pruebas para detectar alergias alimentarias

Para saber con seguridad si tiene una alergia, es posible que tenga que someterse a pruebas.

Una prueba de punción cutánea: Se coloca una pequeña cantidad del presunto alérgeno en la piel del antebrazo o la espalda. A continuación, un técnico le pincha la piel con una aguja, de modo que la sustancia se filtra bajo la superficie de la piel. La aparición de un bulto (roncha) en 15 minutos indica una reacción alérgica.

Una prueba de sangre para la alergia: En esta prueba, se toma una pequeña muestra de sangre en la consulta del médico o en el laboratorio y se envía a un centro de pruebas especial. Los resultados de un análisis de sangre para la alergia tardan aproximadamente una semana.

Prueba alimentaria: Si tanto la prueba de sangre para la alergia como la prueba de punción cutánea son negativas, pero usted sigue sospechando que es alérgico a ciertos alimentos, es posible que tenga que someterse a una prueba alimentaria oral en la consulta de un alergólogo. En este procedimiento, usted come varias cantidades del presunto alérgeno bajo supervisión médica, mientras su médico vigila los signos y síntomas de una reacción alérgica.

¿Qué es una intolerancia alimentaria?

Una intolerancia alimentaria es cuando su cuerpo reacciona negativamente a un alimento, bebida o aditivo de un alimento. Sin embargo, una intolerancia alimentaria no es una alergia, ya que no activa su sistema inmunitario.

Como se ha mencionado, una reacción alérgica a un alimento puede ser grave o poner en peligro la vida. Por el contrario, los síntomas de la intolerancia alimentaria provocan principalmente síntomas digestivos. Las intolerancias alimentarias pueden estar causadas por niveles bajos de las enzimas necesarias para digerir un determinado alimento. Por ejemplo, las personas con intolerancia a la lactosa son menos eficientes a la hora de digerir la lactosa, un azúcar natural de la leche y otros productos lácteos. Cuando comen alimentos que contienen lactosa, pueden experimentar síntomas gastrointestinales, como hinchazón y diarrea.

Algunas personas tienen intolerancia a:

La fructosa. Este tipo de azúcar se encuentra en la miel, en algunas frutas y verduras y en el jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF). Muchas personas con intolerancia a la fructosa también experimentan síntomas cuando comen alimentos que contienen edulcorantes artificiales como el sorbitol y el xilitol. Estos azúcares se añaden a veces a los chicles sin azúcar y a otros alimentos sin azúcar.

Glutamato monosódico (GMS). El glutamato monosódico es un potenciador del sabor que se añade a muchos alimentos asiáticos, verduras enlatadas, aperitivos condimentados, aderezos para ensaladas y sopas. Algunas personas con intolerancia al glutamato monosódico también pueden tener reacciones al extracto de levadura y a los hidrolizados de proteínas, que se utilizan como potenciadores naturales del sabor en muchos alimentos procesados.

Intolerancia al gluten: Algunas personas no pueden digerir el gluten, que es una proteína que suele encontrarse en el trigo, el centeno y la cebada. Comer panes y pastas que contienen gluten puede provocar gases, hinchazón, dolor abdominal, diarrea o estreñimiento. La intolerancia al gluten no es lo mismo que la enfermedad celíaca, una afección que afecta al sistema inmunitario y puede dañar el intestino delgado.

Si tiene una intolerancia alimentaria, puede tolerar pequeñas cantidades

Con una intolerancia alimentaria, puede tolerar pequeñas cantidades de un alimento problemático sin experimentar síntomas. Por ejemplo, algunas personas con intolerancia a la lactosa pueden beber pequeñas cantidades de leche sin sentirse mal. Otras no tienen problemas si toman pastillas de enzimas de lactasa antes de beber leche (se pueden adquirir sin receta). Pero si comes demasiados alimentos o los tomas con demasiada frecuencia, puedes tener síntomas desagradables.

Si crees que puedes tener una intolerancia alimentaria, acude a tu médico para descartar otras posibles causas de tus síntomas (como el síndrome del intestino irritable o la enfermedad celíaca). A continuación, trabaja con tu médico para encontrar formas de controlar tus síntomas, de modo que no interfieran en tu vida diaria.

A diferencia de las alergias alimentarias, las intolerancias alimentarias no implican al sistema inmunitario ni la liberación de histamina. Por lo tanto, los síntomas no se manifiestan inmediatamente después de comer un alimento al que se es intolerante, y pueden no aparecer hasta horas o incluso días después de comer un alimento.

Diagnóstico de las intolerancias alimentarias

Las intolerancias alimentarias pueden ser difíciles de diagnosticar. El primer paso es hacer un seguimiento de sus síntomas -incluidos los físicos y mentales- y de cuándo se producen en relación con lo que come. Esto le ayudará a determinar si existe un patrón.

Otro enfoque es utilizar una dieta de eliminación. Las dietas de eliminación consisten en suprimir ciertos alimentos durante varias semanas y luego reintroducirlos de uno en uno. Este proceso puede ayudarle a detectar los alimentos que le causan problemas

Las intolerancias suelen ser difíciles de diagnosticar porque pueden ser acumulativas: es posible que no se sientan los síntomas hasta que se haya consumido una determinada cantidad del alimento en cuestión durante varios días o semanas. Muchas personas achacan sus síntomas a algo tan vago como el "estrés", lo que significa que una intolerancia alimentaria puede quedar sin diagnosticar durante meses o años.

Lo esencial

Ahora ya sabes la diferencia entre una alergia alimentaria y una intolerancia alimentaria. Cuando se es alérgico a un alimento, el sistema inmunitario reacciona de forma exagerada y provoca síntomas que pueden poner en peligro la vida. Las intolerancias alimentarias, sin embargo, no implican al sistema inmunitario. Sin embargo, ambas pueden ser problemáticas. El primer paso es visitar a tu médico y asegurarte de que no hay nada más. Es posible que te recomiende pruebas de alergia. Si las pruebas de alergia son negativas, puedes trabajar en la identificación de los alimentos que pueden causar síntomas de intolerancia alimentaria.

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