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Los vínculos entre perros y humanos podrían guiar el desarrollo de robots sociales
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Un estudio identifica 7 comportamientos caninos considerados importantes para crear vínculos afectivos con su perro
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Un nuevo estudio destaca comportamientos caninos específicos que los dueños de perros perciben como importantes para establecer vínculos afectivos con sus mascotas. Katie Riddoch, de la Universidad de Glasgow (Escocia), y sus colegas presentan estos hallazgos en la revista de acceso abierto PLOS ONE el 28 de septiembre.
Los robots con comportamientos sociales se han propuesto como posible solución para aliviar la soledad de las personas y los retos del envejecimiento. Dada la dificultad de crear robots que se comporten como humanos y los conocidos beneficios del vínculo entre los dueños y sus perros, algunos investigadores están explorando la posibilidad de desarrollar robots inspirados en perros que puedan formar vínculos similares con los humanos. Sin embargo, este empeño requiere un conocimiento más profundo de los comportamientos caninos específicos que facilitan los vínculos entre humanos y perros.
Para conocer mejor los vínculos entre humanos y perros, Riddoch y sus colegas realizaron una encuesta a 153 propietarios de perros. Formularon a los participantes preguntas abiertas sobre qué comportamientos caninos consideraban especialmente importantes para establecer y mantener el vínculo con su perro.
Los propietarios describieron una amplia gama de comportamientos clave, como dar un codazo al dueño con la pata o mirarle durante los paseos, que parecían facilitar percepciones como que el perro era protector o que estaba pendiente del dueño. Al analizar las respuestas, los investigadores identificaron 7 categorías básicas de comportamientos que los propietarios consideraban importantes: sintonía, comunicación, coherencia y previsibilidad, afecto físico, positividad y entusiasmo, proximidad y actividades compartidas.
Los investigadores sugieren que la incorporación de este tipo de comportamientos a los sistemas robóticos podría contribuir al desarrollo de robots que proporcionen a las personas los mismos beneficios de satisfacción y salud mental que el vínculo con un perro. El siguiente paso, dicen, será realizar experimentos en los que las personas interactúen con perros robóticos programados para comportarse como perros de verdad.
Mientras tanto, otras investigaciones podrían profundizar en el vínculo perro-humano, por ejemplo explorando las variaciones en las preferencias por los comportamientos caninos entre personas con distintos antecedentes y características demográficas.
Los autores añaden: "El uso de un enfoque cualitativo nos permitió comprender en profundidad y con matices las cosas que la gente encuentra tan entrañables en nuestros compañeros caninos". Aunque no será fácil modelar la mayoría de estos comportamientos en robots, este trabajo ofrece nuevas y emocionantes perspectivas para quienes trabajan en el desarrollo de tecnologías similares a las mascotas."