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#Novedades de la industria
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La telemedicina, clave para avanzar en la asistencia
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Las consultas virtuales permiten el diagnóstico sin exponer a los clientes a un entorno potencialmente estresante
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A medida que el mercado de la telesalud veterinaria, que incluye la telemedicina, se expande, los expertos predicen que la valoración alcanzará los 510 millones de dólares en 2030, un aumento significativo teniendo en cuenta que la valoración de 2021 se sitúa en 118 millones de dólares. No solo el mercado, sino también los consumidores apoyan la idea de un mayor acceso a la telemedicina, sobre todo porque la generación Z y los millennials ya demuestran una afinidad por las soluciones tecnológicas.
De hecho, los millennials son un 39% más propensos a tener un perro o un gato en el futuro que la anterior generación del baby boom, y una proporción similar (40%) cree que la telemedicina es una "opción extremadamente importante o muy importante."
Desde la pandemia, la atención veterinaria ha tenido que adaptarse para ofrecer cuidados, y la telemedicina se ha convertido en una opción viable y popular. En 2020, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) publicó una guía actualizada para la práctica de la telemedicina y suspendió ciertas normas que restringían la distribución de medicamentos en lo que se conoce como relación veterinaria cliente-paciente (VCPR). Con esto, las capacidades de la telemedicina se han ampliado significativamente, permitiendo a la atención veterinaria una nueva frontera con mayor acceso a pacientes y clínicos.
La telemedicina mejora la atención
Para los veterinarios, la telemedicina puede ser una herramienta extremadamente útil para ayudar a potenciar nuestros diagnósticos en escenarios de casos leves. En nuestra consulta, la utilizamos para diversas situaciones, desde problemas de comportamiento y discusiones sobre dietas hasta citas de seguimiento postoperatorio y control de casos crónicos, como diabetes o insuficiencia renal. Otros usos incluyen casos leves de vómitos y diarrea, problemas de piel y citas de revisión. Por supuesto, para los casos más graves, se recomienda encarecidamente el seguimiento en persona.
La ventaja para los consumidores beneficia también a los veterinarios. Al reducir las barreras para acceder a la atención profesional, la telemedicina mejora el cumplimiento por parte del propietario al aumentar su compromiso con la atención preventiva, evitando así que se desarrollen problemas de salud críticos en el futuro. Además, teniendo en cuenta el aumento de la demanda actual de atención veterinaria, la telemedicina mejora la eficiencia del sector veterinario en general.
Las consultas virtuales también suelen ser mucho más relajadas para el paciente. Las mascotas pueden tener reacciones adversas a la visita a la consulta del veterinario, ya que puede disgustarles viajar en el coche o estar en una jaula, y pueden tener asociaciones negativas con la clínica, como algunos humanos tienen con la consulta del médico. Este aumento de la ansiedad a menudo puede afectar negativamente al comportamiento del animal, lo que hace que sea un examen más difícil para el personal de la consulta.
En este caso, la telemedicina tiene la ventaja de examinar al animal en su propio entorno, sin mayores factores de estrés. En esta situación, las citas virtuales tienen una gran ventaja para monitorizar al animal, sin inducir ningún cambio de comportamiento que pueda afectar al diagnóstico. Por ejemplo, ¿tiene el animal las orejas echadas hacia atrás porque está asustado o porque se encuentra mal? ¿Está encorvado por dolor de estómago o porque está nervioso? ¿O se pasea por el teclado del propietario y desea que éste le preste atención? Todos estos son signos que buscamos cuando realizamos una consulta virtual con un propietario preocupado y que nos ayudan a hacernos una mejor idea del problema.
Especialmente en los gatos, este cambio de comportamiento afecta realmente a nuestra capacidad para hacer un diagnóstico adecuado. En nuestra consulta, hemos llegado a confiar en la telemedicina para proporcionar al cliente un entorno sin estrés. Por ejemplo, tenemos un cliente con un gato diabético; cuando entra físicamente en la consulta, sus valores de glucosa se disparan artificialmente. Poder monitorizar los niveles de glucosa en casa ofrece a los veterinarios un valor más fiable, pero dar un paso más incorporando un dispositivo de monitorización continua de la glucosa a nuestro protocolo supone un cambio de juego para los veterinarios y los pacientes diabéticos. Un dispositivo de este tipo permite a los veterinarios evaluar digitalmente la glucosa de un paciente diabético sin ni siquiera ponerle un dedo encima, ofreciéndonos una lectura en tiempo real de los niveles de glucosa de una mascota durante 14 días.
Por supuesto, para situaciones en las que los veterinarios necesitan tener experiencia práctica para diagnosticar el problema, las citas en persona siguen siendo necesarias. Sin embargo, las consultas de telemedicina son un excelente medio para atender a los clientes y a sus mascotas, y pueden ser una importante herramienta de triaje en nuestro sector.
Software de gestión de consultas
Un reto importante para los servicios de telemedicina puede ser el software utilizado por las clínicas veterinarias. Muchas plataformas de software de gestión de consultas (PMS) se están adaptando para integrar las capacidades de la telemedicina, pero el software actual en el sector veterinario sigue estando significativamente anticuado, y muchas clínicas todavía dudan en actualizar sus sistemas de software.
Las clínicas veterinarias pueden rehuir las actualizaciones de software debido a las interrupciones que supone para la práctica la incorporación y la formación, así como el coste del software y el miedo al cambio.
Aunque la mayoría estaría de acuerdo en que las soluciones digitales, como la telemedicina, pueden ahorrar tiempo y mejorar los niveles de servicio al cliente, muchos dudan en hacer el cambio por las razones citadas anteriormente. También les preocupa que las soluciones digitales puedan dificultar la conexión entre el cliente y el veterinario, ya que temen que la telemedicina no favorezca tanto la creación de relaciones como los encuentros cara a cara en persona.
Sin embargo, se podría argumentar que la tecnología mejora la relación cliente-veterinario, como que el SGP aumenta la satisfacción del cliente y permite a la clínica estar más disponible para el cliente. También permite personalizar los registros de los clientes, manteniendo notas detalladas sobre el cliente, sus preferencias, historial de pagos e historial de vacunación, todo en una plataforma sucinta.
Por ejemplo, la incorporación del PMS a la telemedicina nos permite ofrecer una mejor atención en el momento oportuno. A través del PMS, podemos mantener registros detallados del cliente y su entorno. En una ocasión, cuando un perro enfermó de tos de las perreras, pudimos ver rápidamente que el cliente tenía otros perros en casa y enlazar con esos historiales médicos adicionales, evitando así el contagio y suministrando la medicación necesaria.
Una de las principales formas en que el PMS puede facilitar los flujos de trabajo veterinarios es a través de una mejor comunicación con el cliente y una disminución de las tareas operativas. La correspondencia automatizada es una excelente herramienta de comunicación y garantiza que el cliente esté al tanto de las citas, los recordatorios y los plazos. La digitalización de los registros permite un mejor intercambio de datos, menos redundancias en el mantenimiento de registros y aumenta la seguridad de los datos. Los PMS pueden agilizar los flujos de trabajo veterinarios aumentando la eficiencia de la programación, disminuyendo la carga de trabajo administrativo y proporcionando a los clientes una mayor flexibilidad.
Estos avances tecnológicos y eficiencias pueden integrarse en la clínica veterinaria con el PMS. Junto con la telemedicina, estas integraciones permiten una comunicación eficiente, una disminución de la carga de trabajo operativo, y puede conducir a un mayor cumplimiento y satisfacción del cliente.
A medida que soluciones digitales como la telemedicina y el PMS ganan popularidad entre los consumidores, es esencial que las clínicas veterinarias comprendan las ventajas de implantar estas tecnologías en sus consultas. La industria veterinaria debe aprovechar esta demanda y comprender que el uso de estas tecnologías en tándem es fundamental para avanzar en la atención veterinaria.