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El vendaje inteligente controla y trata las heridas crónicas
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Investigadores del Instituto Tecnológico de California han desarrollado un vendaje inteligente para heridas crónicas, como las que sufren a veces los pacientes con diabetes.
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El vendaje es flexible y elástico, pero contiene componentes electrónicos capaces de vigilar la herida en busca de signos de infección, como temperatura anormal, aumento de los niveles de ácido úrico y cambios en el pH. La venda puede transmitir estos datos a un teléfono inteligente para alertar a un médico, pero también puede empezar a administrar un tratamiento, por ejemplo liberando antibióticos almacenados en su interior y aplicando un campo eléctrico al lecho de la herida para estimular la cicatrización del tejido.
Las heridas crónicas son una experiencia difícil tanto para el paciente como para el médico. Son difíciles de curar, dolorosas e incómodas. Los pacientes diabéticos pueden sufrir este tipo de heridas, a menudo en las extremidades, donde la circulación es deficiente. Desgraciadamente, los altos niveles de glucosa en sangre hacen que estos pacientes sean más propensos a las infecciones bacterianas en las heridas crónicas, y un pequeño rasguño puede convertirse en una úlcera más grande. Otros pacientes que tienden a sufrir heridas crónicas son los que han sufrido quemaduras, que pueden ser propensos a complicaciones posteriores.
Los investigadores tienen un gran interés en desarrollar nuevas tecnologías que faciliten el proceso de cicatrización y combatan las infecciones en las heridas crónicas. "Hay muchos tipos diferentes de heridas crónicas, sobre todo en úlceras diabéticas y quemaduras que duran mucho tiempo y causan enormes problemas al paciente", afirma Wei Gao, investigador que participa en el estudio. "Hay demanda de tecnología que facilite la recuperación"
Para solucionarlo, estos investigadores han creado el vendaje inteligente, un apósito avanzado que puede monitorizar y tratar heridas crónicas. El vendaje está fabricado con polímeros elásticos y componentes electrónicos flexibles, e incluso contiene un depósito para fármacos antibióticos. Si el vendaje detecta signos de infección, como un aumento de la temperatura en el lecho de la herida o de los niveles de ácido úrico o lactato, iniciará un programa de alerta y tratamiento.
Esto implica alertar a un clínico sobre la infección y, a continuación, administrar un tratamiento farmacológico en forma de antibióticos locales. El último paso consiste en aplicar un campo eléctrico que puede favorecer la cicatrización de la herida.
"Hemos demostrado esta prueba de concepto en modelos animales pequeños, pero más adelante nos gustaría aumentar la estabilidad del dispositivo y también probarlo en heridas crónicas de mayor tamaño, porque los parámetros de la herida y el microentorno pueden variar de un lugar a otro", explica Gao.