TERAPIA LÁSER CLASE III VS CLASE IV

DIFERENCIA ENTRE LÁSERES DE CLASE IIIB Y CLASE IV

Actualmente, existen muchos sistemas de terapia con láser diferentes en el mercado, cada uno con diferentes especificaciones en cuanto a potencia y configuraciones, como onda continua, pulsada y súper pulsada. Con todas estas opciones y afirmaciones opuestas, es difícil saber qué funcionará mejor para su clínica.

Una de las diferencias significativas entre los sistemas de terapia con láser es si son dispositivos láser de clase III (3) o de clase IV (4). Conocer la diferencia y cómo cada uno afectará el tipo de tratamiento que puede brindar es esencial a la hora de decidirse por un sistema de terapia con láser.

La FDA clasifica los láseres según su potencial de causar daño si se usan incorrectamente, particularmente en la piel y los ojos. Los dispositivos láser de clase IIIb y clase IV tienen el mayor potencial de sufrir lesiones si se utilizan incorrectamente. Aún así, incluso las clases más bajas, como un puntero láser de clase IIIa o un escáner de código de barras de clase II, pueden causar daños si se ven directamente con ayudas ópticas de aumento o si el ojo desnudo se expone durante un período más prolongado.

Según las regulaciones de la FDA, cualquier dispositivo láser de clase II o superior debe estar etiquetado con una advertencia que incluya la clase del dispositivo y la potencia de salida. Un juguete con puntero láser para gatos y un láser quirúrgico para ablación de la piel tienen las mismas políticas de etiquetado.

Específicamente para las clases IIIb y IV, los dispositivos láser presentan un riesgo de lesiones si se ven directamente durante un período de tiempo y son un peligro para la piel. Además, los láseres de clase IV también pueden causar daños si se miran indirectamente.

Como proveedor de atención médica, usted no quiere lastimar a sus pacientes, por lo que la idea de que un dispositivo pueda dañarlos puede resultar desalentadora. Pero al igual que ocurre con otros dispositivos médicos potentes como los rayos X, las tomografías computarizadas y las resonancias magnéticas, los beneficios superan con creces los riesgos con las precauciones y la capacitación adecuadas. Cualquier dispositivo de terapia con láser que agregue a su práctica debe tener protocolos de seguridad integrales y gafas protectoras tanto para los técnicos láser como para los pacientes.