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Colores que acarician el alma, las mejores opciones para las personas mayores
Decía el pintor Vasili Kandinski que “el color es en general un medio para ejercer influencia directa sobre el alma”
En el caso de las personas mayores que son usuarias de un centro de día o una residencia, es esencial cuidar de su confort, integridad y seguridad física, pero no menos importante es preservar y alentar su bienestar emocional. Y, desde que se despiertan hasta que se acuestan, los colores escogidos para sus espacios influyen en su estado de salud y de ánimo.
No en vano, la terapia del color se ha empleado desde la Antigüedad para promover emociones positivas gracias a su capacidad para influir en el subconsciente. Por ese motivo, es tan importante la combinación de colores seleccionados para cada centro geriátrico y para cada estancia en concreto. En los últimos años, se está empezando a hablar de la psicología del color, pues para las personas mayores cada color tiene su propia personalidad. Su influencia depende de su estado mental, de su sensibilidad, de su contexto cultural y se ejerce sobre la memoria y el subconsciente.
Según los estudios relacionados con la cromoterapia, los colores, a través del subconsciente, estimulan la generación de energía física y psíquica internas de las personas mayores, por eso colores vivos como el naranja estimulan a las personas con sentimientos alegres mientras que el amarillo incita a aprender y mejora el ánimo. El azul relaja y aporta seguridad mientras que el verde invita al sosiego, el rosa evoca la amistad y el gris suscita el equilibrio. Asimismo, el color blanco aporta luminosidad y genera sensación de espacio y de limpieza, algo esencial en los centros geriátricos y centros de día.
Por su intensidad tanto visual como subjetiva, los expertos desaconsejan emplear tonalidades como el negro y el rojo en el interiorismo de los centros geriátricos, en paredes, techos y suelos, por ejemplo, aunque algún detalle decorativo en esos colores puede aportar un toque elegante a la estancia.
Si los colores cálidos transmiten calidez, las tonalidades frías evocan a la naturaleza, a paisajes marinos y silvestres. Los colores se conciben, así, como una suerte de lenguaje emocional de los sentimientos y, por eso, es crucial que su selección y combinación en las residencias de mayores busquen generar el ambiente más inspirador, alegre y beneficioso posible para la salud física y mental.
Una salud que, desde Seniorcare, cuidamos desde hace años a partir del diseño y la fabricación de mobiliario de diseño, de máxima calidad, y ajustado a las necesidades específicas de las personas mayores y con problemas de movilidad. Por sus materiales, herrajes, diseño, calidades y tejidos, así como por su gama de tonalidades, nuestro mobiliario se convierte en el equipamiento idóneo para los usuarios de este tipo de centros y para las personas que son responsables de su salud.