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Los diferentes tipos de ayudas para el aseo en las residencias de mayores
Todo sobre los diferentes aseos para personas mayores dependientes
El lavado es parte del cuidado de la higiene que corresponde al rol propio de la enfermera que lo brinda. Es un cuidado que tiene como objetivo compensar parcial o totalmente una carencia o una reducción en la autonomía de una persona.
Es un acto cotidiano para los residentes mayores dependientes. Este acto de higiene consiste en ayudar a la persona a cuidar su cuerpo, especialmente cuando no puede hacerlo por sí misma, respetando al máximo su autonomía. Este acto de la vida cotidiana, aprendido durante la infancia al aprender a ser independiente, a veces puede volverse difícil, incluso imposible de realizar solo, por muchas razones: enfermedad, vejez, etc. ¿Cuáles son los diferentes tipos de ayudas para el baño en las residencias de ancianos? En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber sobre los diferentes aseos para personas mayores dependientes.
El retrete: un acto de cuidado cotidiano
El baño es un paso particularmente importante, por razones de higiene, estética, pero también de comodidad. El aseo de una persona dependiente es un momento íntimo y delicado. Debe realizarse teniendo en cuenta al individuo, sus hábitos y sus capacidades. Implica desvestir y vestir al residente, a veces la aplicación local de cuidado, el uso de jabones o la aplicación de crema.
Es fundamental, en este momento, fomentar la interacción con el anciano dependiente, más que considerar este acto de cuidado como la ejecución de una tarea de limpieza. El inodoro es una parte integral del apoyo general de la persona. Debe ser respetuoso, y ofrecer un momento de bienestar. Debe asegurar, realzar y promover un momento de comunicación. Más allá del simple aspecto de la limpieza, ayuda a prevenir ciertos daños en la piel, mantiene la actividad de las articulaciones y los músculos y permite que el individuo se rehabilite en ciertas capacidades simples. Hay 3 tipos de inodoros: el inodoro cama, el inodoro lavabo y la ducha. Más que una razón de preferencia o practicidad, la elección del inodoro está determinada por el estado de salud del paciente y su grado de autonomía.
El aseo de los mayores muy dependientes, encamados
El aseo completo en la cama
Ir al baño en la cama consiste en brindar cuidados de higiene a un paciente que no tiene la capacidad física o mental para lavarse por sí mismo. Un aseo completo en la cama consiste en lavar todo el cuerpo de una persona postrada en cama. El aseo empieza por la cara, el torso, los brazos luego las piernas y los pies para terminar con el aseo íntimo del residente. Para lavar la espalda, se colocará a la persona de lado.
Una alternativa al baño en la cama: la ducha en la cama
La ducha en la cama es una interesante alternativa al aseo completo en la cama. Ofrece la ventaja de dejar al residente en cama. La ducha se puede realizar sin traslados ni desplazamientos. El paciente doloroso está así más cómodo.
A diferencia del aseo completo, la ducha en la cama reproduce las condiciones habituales de un aseo:
El agua fluye sobre el cuerpo de la persona y le da una sensación de bienestar;
Enjuagar y lavar con champú son más fáciles de lograr.
El cuidado es visto menos como una tarea por los residentes, pero también por los cuidadores.
Esto se debe a que ducharse en la cama es más cómodo para el cuidador. El equipo ahorra espacio y es fácil de usar. Solo toma unos minutos instalarlo. Este sistema, al igual que la ducha de cama OSIRIS que ofrece Synoxis Medical, ofrece una atención de calidad, menos agresiva y más cómoda para la persona postrada en cama.
Aseo parcial en la cama
El aseo parcial en la cama consiste en lavar la cara, las manos, las axilas y la zona genital/perineal de la persona. El residente no es totalmente dependiente. Al darle una palangana, agua y jabón, puede cuidar en parte su higiene personal. El cuidador no realiza las acciones en lugar de la persona dependiente.
Aseo en lavabo para personas con baja dependencia
Se ofrece el aseo en el lavabo del anciano si se puede considerar que esta atención no supone ningún riesgo para el residente. El inodoro en el lavabo estimula a la persona que no es muy dependiente. Este acto se realiza según los hábitos de la persona mayor, respetando su pudor durante todo el tratamiento. Ayudar con el aseo en el lavabo también es una oportunidad para establecer una relación de confianza con el paciente y cuidar su imagen. Al lavarse en el fregadero, la persona puede seguir su ritual de higiene habitual. Puede así seguir siendo consciente de su cuerpo y del espacio en el que vive.