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¿Cómo se tratan los trastornos de la coagulación?
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coagulación, trombosis, hemostasia
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El tratamiento farmacológico y la infusión de factores de coagulación pueden realizarse después de que se produzca una disfunción de la coagulación.
1. Para el tratamiento farmacológico, puede elegir medicamentos ricos en vitamina K, y complementar activamente vitaminas, que pueden promover la producción de factores de coagulación de la sangre y evitar la disfunción de la coagulación.
2. Infusión de factores de coagulación. Cuando los síntomas de la disfunción de la coagulación son graves, puede optar por la infusión de factores de coagulación directamente, lo que puede aumentar la concentración en plasma, por lo que hay suficientes plaquetas para promover la coagulación.
En caso de hemorragia, también puede impedir que continúe el flujo sanguíneo. Los trastornos de la coagulación se refieren a los trastornos hemorrágicos causados por la deficiencia o disfunción de los factores de coagulación. Clínicamente, se dividen principalmente en dos categorías: hereditarios y adquiridos. Los trastornos hereditarios de la coagulación suelen estar causados por una única deficiencia de los factores de coagulación, y suelen provocar síntomas de coagulación en lactantes y niños pequeños, a menudo acompañados de antecedentes familiares. La disfunción de la coagulación adquirida suele estar causada por la deficiencia de múltiples factores de coagulación, y suele aparecer en la edad adulta. Causas: Los trastornos hereditarios de la coagulación son trastornos genéticos con antecedentes familiares. Los trastornos adquiridos de la coagulación suelen estar causados por la deficiencia de múltiples factores de coagulación, y se producen sobre todo en la edad adulta. Para esta condición, la hemofilia es más común y es una deficiencia hereditaria de factores de coagulación, incluyendo la hemofilia A y la hemofilia B, para los trastornos de la coagulación adquiridos, principalmente debido a la infección viral y la infección bacteriana, que puede causar discreta coagulación intravascular, y factores de coagulación anormales, tales como la disfunción de la coagulación causada por la warfarina y la heparina. Ante esta situación, es necesario reforzar la prevención, complementar los factores de coagulación y, a continuación, evitar los traumatismos y prevenir las hemorragias. Los principales síntomas de los trastornos de la coagulación son las hemorragias y los hematomas. Clínicamente, además de la hemorragia, también se acompaña de síntomas y signos de la enfermedad primaria. Se manifiestan como hemorragias de tejidos blandos, músculos y articulaciones que soportan peso. También pueden producirse hemorragias espontáneas tras lesiones leves. También hay hinchazón local, dolor y sensibilidad. Tras detenerse la hemorragia, la sangre acumulada se absorbe gradualmente sin dejar rastros. Las hemorragias repetidas pueden causar rigidez articular y, a la larga, provocar daños permanentes en la articulación, osteoporosis, movilidad articular limitada y atrofia muscular.
En épocas normales, los pacientes deben complementar activamente su dieta y nutrición, prestar atención a la ingesta de alimentos ricos en vitaminas y proteínas, y desarrollar un buen hábito de cuidado y precaución para evitar traumatismos importantes.