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El software como dispositivo médico revoluciona la atención al paciente

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Descubra cómo las aplicaciones sanitarias digitales están cambiando la fisonomía de la asistencia sanitaria.

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La proliferación de la tecnología digital y los cambios a escala mundial han hecho cada vez más popular la asistencia sanitaria a distancia. Entre las innovaciones que hemos visto en los últimos años están las aplicaciones sanitarias digitales, que abren nuevas vías para la atención al paciente.

Históricamente, los dispositivos médicos siempre se han definido como herramientas físicas. Estetoscopios y bisturíes, agujas y pinzas... estos objetos tienen sentido como dispositivos médicos, ya que tienen un impacto físico en el paciente. Pero las aplicaciones sanitarias personales son puramente software, líneas de código y programación. Esto las hace increíblemente flexibles y disponibles para un gran número de personas, ya que potencialmente pueden ser utilizadas por cualquiera que posea un smartphone o necesite acceder a él a través de un ordenador médico (por ejemplo, un proveedor de atención primaria).

Hoy analizaremos el auge de las aplicaciones sanitarias digitales, cómo se utilizan y algunos de los retos que tendrán que superar a medida que se popularicen.

Definición de software como producto sanitario

El Foro Internacional de Reguladores de Dispositivos Médicos define el software como dispositivos médicos (SaMD) como "software destinado a ser utilizado para uno o varios fines médicos que realiza estos fines sin formar parte de un dispositivo médico de hardware" En términos sencillos, esto significa que los programas SaMD funcionan como dispositivos médicos incluso cuando se instalan en productos de consumo normales, como los smartphones.

Los SaMD, también conocidos como "companion apps" o "software autónomo", se utilizan sobre todo para el seguimiento de pacientes o la monitorización de la actividad física.

Aplicaciones habituales de las aplicaciones móviles de salud

Monitorización remota: Tras una intervención quirúrgica, los pacientes suelen permanecer ingresados en el hospital para que el personal médico pueda controlar su estado. Si se envía a los pacientes a casa antes y se hace un seguimiento de su estado con una aplicación de salud móvil, los grupos sanitarios pueden liberar camas antes y reducir el tiempo que el paciente pasa en planta.

Telemedicina: Antes de COVID-19, la telemedicina ya era cada vez más popular. Sin embargo, la pandemia provocó una explosión de su uso. La comunicación a distancia entre proveedores y pacientes ahorra a estos últimos un viaje al hospital o la clínica. Esto es especialmente útil para las personas que viven en zonas remotas o rurales. También es una gran ayuda para los pacientes con problemas de movilidad o con opciones de transporte limitadas.

Salud y bienestar personal: Uno de los usos más comunes de las aplicaciones sanitarias móviles es el seguimiento de los objetivos personales de salud y forma física. Utilizando una aplicación en su teléfono inteligente, los consumidores pueden controlar parámetros como el número de pasos que dan al día, cuántas calorías consumen, etc.

Aplicación de la IA en SaMD

Como la mayor parte del sector sanitario, las aplicaciones móviles de salud están explorando la implantación de la inteligencia artificial. Dado que estas aplicaciones ya recopilan datos para su análisis, dejar que la IA generativa analice los datos es una adición obvia.

La IA se utiliza principalmente para el análisis predictivo, ya que estos algoritmos pueden procesar grandes cantidades de datos para proporcionar información tanto a pacientes como a médicos. Por ejemplo, una IA puede examinar los registros de salud de un paciente, su historial médico y su estado actual registrado por su aplicación móvil de salud para predecir si mejorará o empeorará en el futuro.

Al procesar la enorme cantidad de datos generados por los biomarcadores de un paciente durante su seguimiento, la IA también puede ayudar a los proveedores a tomar decisiones más informadas.

Crecimiento y regulación de la SaMD

La mayoría de las aplicaciones móviles de salud entran en la categoría de Clase II de la FDA como dispositivos que podrían suponer un riesgo moderado para el paciente si se utilizan mal. Según la predicción de GlobalData, el mercado de las aplicaciones médicas alcanzará los 12.100 millones de dólares en 2030.

Con un potencial de crecimiento tan enorme, es lógico que los reguladores presten mucha atención al sector. La introducción de la IA en la asistencia sanitaria no ha hecho sino poner de relieve la necesidad de directrices más estrictas sobre el uso de software de apoyo a la toma de decisiones clínicas, no solo para las aplicaciones móviles, sino para todo el sector sanitario.

Otra preocupación importante es la privacidad. La FTC publicó recientemente un conjunto de herramientas para ayudar a los desarrolladores de aplicaciones a determinar si su producto estaba sujeto a la normativa HIPAA y ayudarles a diseñar sus aplicaciones para que siguieran cumpliéndola.

Reflexiones finales

La adopción de software como dispositivos médicos y aplicaciones sanitarias móviles promete reportar beneficios tanto a los pacientes como a los profesionales sanitarios. Sin embargo, estos avanzados programas de software necesitarán piezas de hardware igualmente capaces. Aunque los dispositivos de consumo estándar pueden desempeñar esta función, la opción ideal es una tableta de calidad médica que los proveedores puedan entregar a sus pacientes y a través de la cual puedan transmitir datos de forma segura.

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