{{{sourceTextContent.title}}}

Viejos y anticuados: Por qué las máquinas de fax frenan la sanidad en 2024

{{{sourceTextContent.subTitle}}}

Los faxes han sido un elemento básico del sector sanitario, pero sus inconvenientes son cada vez más inaceptables frente a la nueva tecnología digital.

{{{sourceTextContent.description}}}

Durante más de sesenta años, las máquinas de fax han sido un elemento básico en la asistencia sanitaria como método principal para compartir historiales de pacientes entre distintos proveedores y hospitales.

Sin embargo, la transformación digital de la sanidad y el avance continuo de la tecnología han hecho cada vez más evidentes los puntos débiles de los faxes. Hoy en día, los faxes se sustituyen cada vez más por soluciones digitales más fiables, más seguras y, en última instancia, más asequibles.

¿Qué es un fax?

Los faxes son dispositivos que envían, reciben e imprimen documentos mediante señales electrónicas enviadas a través de una línea telefónica. Las máquinas de fax se desarrollaron originalmente para funciones que dependían de la documentación física, pero el envío por correo de dicha documentación era demasiado lento o poco práctico. Históricamente, los faxes han sido fundamentales para la sanidad, la banca, las fuerzas de seguridad y muchas otras funciones.

Aunque los faxes han iterado y evolucionado como cualquier otra tecnología, los sistemas básicos han permanecido inalterados durante décadas y se han quedado cada vez más obsoletos frente a las nuevas herramientas digitales respaldadas por ordenadores de nivel médico.

Puntos débiles de los faxes

Después de más de sesenta años, se han desarrollado varios puntos débiles notables en la tecnología de las máquinas de fax.

Elevados costes de mantenimiento y conservación

Para imprimir documentos, los faxes necesitan papel, tinta y tóner, que cada vez son más caros. También dependen de muchas piezas móviles que son vulnerables a las averías, lo que requiere una reparación costosa y lenta que puede detener las operaciones.

Escalabilidad

Las máquinas de fax tradicionales no pueden enviar documentos a varios destinatarios a la vez, lo que limita enormemente el intercambio de información en grupos e impide la colaboración. Tampoco pueden enviar y recibir documentos simultáneamente, lo que puede suponer un grave cuello de botella para las grandes operaciones.

Falta de actualizaciones en tiempo real

Estar limitado al papel dificulta especialmente la actualización de los registros basados en fax, y más aún en múltiples ubicaciones. Diferentes entidades sanitarias pueden acabar teniendo versiones distintas del mismo expediente, ya que los cambios no se registran o se pierden por descuidos burocráticos, lo que aumenta las posibilidades de que se cometan errores médicos. Por otro lado, un EMR interoperable compartido entre grupos puede actualizarse sin problemas con cada tratamiento o diagnóstico, garantizando que todos estén en la misma página.

Almacenamiento físico

Una vez impresos, los faxes deben almacenarse o destruirse. Esto resulta especialmente poco práctico, ya que los historiales de los pacientes pueden tener decenas o cientos de páginas, sobre todo en el caso de pacientes ancianos o con enfermedades crónicas. Compárese con los medios de almacenamiento digital, en los que caben varios libros de información en una unidad que cabe en la palma de la mano, o con el almacenamiento externo en la nube, que elimina por completo la necesidad de espacio físico.

Seguridad

Los datos enviados por fax son terriblemente vulnerables a la interceptación, ya que no cuentan con protecciones criptográficas mientras están en tránsito. Esto significa que cualquiera que intervenga una línea telefónica puede acceder instantáneamente a todos los datos enviados a través de ella.

Además, las máquinas de fax son muy vulnerables a los ataques de desbordamiento de pila, en los que los ciberdelincuentes sobrecargan los programas de software de un dispositivo, haciendo que se bloquee. A continuación, los delincuentes pueden utilizar el dispositivo averiado para acceder al sistema más amplio al que está conectado y causar aún más estragos. Dado que los faxes siempre se envían sin autenticar, no hay forma de evitar este tipo de ataque, salvo colocando las máquinas de fax en una red separada del resto de dispositivos.

Posibles infracciones de la HIPAA

Incluso fuera de los riesgos de ciberseguridad, las máquinas de fax son a menudo una violación de la HIPAA a punto de ocurrir. Los errores de marcación, el envío de documentos a un destino incorrecto e incluso dejar una bandeja de impresión desatendida pueden dar lugar a que se comparta información sanitaria personal con los grupos equivocados.

La alternativa: EMR y herramientas digitales de salud

Con todos estos inconvenientes, no es de extrañar que la mayoría de los grupos sanitarios estén pasando de las máquinas de fax y los historiales en papel a los historiales y herramientas digitales. Las historias clínicas electrónicas (HCE) son totalmente digitales y, por tanto, pueden almacenarse en servidores físicos o en servicios en la nube fuera del hospital. También se puede acceder a los historiales médicos electrónicos desde múltiples dispositivos, como ordenadores médicos y tabletas de uso médico, y actualizarlos sin problemas para que cualquiera que acceda al historial en el futuro pueda revisar los cambios.

Reflexiones finales

Los faxes han sido una parte fundamental de la asistencia sanitaria, pero sus diversos inconvenientes han hecho que su uso sea cada vez menos práctico. Ha llegado el momento de pasarse a la moderna tecnología de registros digitales.

Si su grupo sanitario está pensando en actualizarse a los registros digitales y necesita ordenadores y tabletas de calidad médica capaces de soportar esta transición, póngase en contacto con el equipo de Cybernet Manufacturing. Nuestros productos están diseñados y certificados para la industria de la salud y totalmente compatible con todos los principales programas de software EMR.